Omen III: The Final Conflict

 

Bienvenidos nuevamente a las Alas de Mosura, hoy finalmente terminaremos la saga de la profecia, eso si no existiera una cuarta claramente, aunque es una secuela directo a TV así que quizá sea mejor omitirla, ya que esta entrega es el final de Damien Thorn, el anticristo.

Para las entregas anteriores: La profecía y La profecía 2

La premisa es la siguiente:

El ahora adulto Anticristo planea eliminar a su futuro oponente divino mientras una camarilla de monjes planea detenerlo.

Como vemos este capitulo esta basado en gran parte en el libro de Apocalipsis (Revelaciones), se acerca la segunda venida de Jesucristo por lo que nuestro villano en esta ocasión es más sádico que nunca, por una parte por que se le acaba el tiempo, solo hay dos cosas que pueden detener al anticristo, el poder del nazareno y las siete dagas de Megido (el 7 es un numero importante en la Biblia asociado con la divinidad).

A pesar de que se supone transcurre en el Apocalipsis, el mundo no es apocaliptico por lo que cuesta meterse un poco dentro de la trama ya que no parecen los días finales de la humanidad, no parece el fin de una trilogía. Ese es uno de sus puntos en contra, falta de ambientación.

Sobre los asesinatos, están bastante bien en su mayoría, aunque no son tan elaborados como en las entregas anteriores, de hecho hay una escena que quedo mal un efecto en un espejo y como que desconcierta un poco. Eso si en un momento hay una masacre de bebes, quedan avisados.

 Respecto a los sacerdotes la verdad es que no dan mucha pelea, la mayor parte del tiempo pareciese que el villano va a ganar, de hecho la forma en que pierde no tiene mucho sentido y es en cierto modo patética para un ser que hizo bastante daño.

En fin es una película de la que esperaba más, ya que el conflicto se queda corto y eso que tenían varios elementos interesantes con los cuales jugar, en sí siento que es un final bastante deprimente y que deja cosas inconclusas, eso si se marca unas buenas frases.

La mayoría de las personas confunden el mal con sus propias concupiscencias y perversiones triviales. Ahora, el verdadero mal es tan puro como la inocencia- Damien Thorn.